Parque Nacional de Nutria, Chocó

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07 de Septiembre de 2017
La naturaleza y cultura colombiana atraen a los visitantes extranjeros. Cuatro empresas con vocación turística internacional, que trabajan de la mano de ProColombia, son ejemplos de ecoturismo en el país.

Tener el título del segundo país más biodiverso de Colombia no es solamente un honor. También implica la enorme responsabilidad de hacer todo lo necesario para proteger los recursos naturales.
 

Una forma de hacerlo es a través del ecoturismo. Si el país aprovecha la ventaja competitiva que le da su biodiversidad, puede consolidarse como una potencia mundial en este tema y aportar al desarrollo de un turismo sostenible en Colombia.
 
Según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SIB), el país cuenta en total con cerca de 56.343 especies registradas; entre ellas 1.921 aves, 26.177 plantas, 803 anfibios, 537 reptiles, 492 mamíferos, 3.435 peces y con 9.153 especies endémicas.
 
Esta riqueza en fauna y flora es uno de los principales activos de empresas del sector turístico que afianzan sus negocios con una filosofía verde y atienden los mercados internacionales con el apoyo de ProColombia.  
 
El turismo de naturaleza y aventura es uno de los productos prioritarios en la estrategia de promoción internacional de esta organización para incrementar la llegada viajeros extranjeros, la cual está alineada con el propósito del Gobierno Nacional de convertir a la industria turística en el principal generador de empleos y divisas del país.
 
El ecoturismo es una modalidad de turismo sostenible y Colombia está dando pasos importantes en esa materia. El país cuenta con ocho normas técnicas creadas por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y con la guía de buenas prácticas para prestadores de servicios en turismo de naturaleza, elaborada por el Programa de Transformación Productiva (PTP). 
 
Algunos empresarios de sector reciben a viajeros extranjeros de diferentes latitudes del planeta para enseñarles los paisajes colombianos y mostrarles cómo las comunidades encuentran en el turismo una fuente de empleo y contribuyen a la conservación de sus ecosistemas y la protección de los hábitats.
  


“El 2017 es el año del turismo sostenible, declarado así por la Organización Mundial del Turismo, y esto coincide con el primer año del posconflicto. Esta coyuntura favorece la percepción que tienen los extranjeros sobre el país y es una oportunidad que debemos aprovechar para que más turistas decidan visitarnos”, asegura el presidente de ProColombia, Felipe Jaramillo. 
 

Ejemplos a seguir

Josefina Klinger, directora general de la corporación Mano Cambiada, operadora de turismo comunitario y encargada de la operación del Parque Nacional de Utría en el departamento del Chocó, afirma que cuidar el recurso natural genera a largo plazo economía sostenible y así lo han entendido los chocoanos. 
 
El Pacífico colombiano ofrece un valor agregado a los turistas extranjeros y es la posibilidad de tener experiencias de naturaleza con alto valor cultural. “Contamos con un escenario natural propio de selva y agua, que sumado a la cultura y a la forma de ver la vida de las comunidades indígenas y afrodescendientes y a su manera de relacionarse con el territorio,  son atractivos que llaman la atención de los viajeros internacionales”,  explica Klinger
 
Mano Cambiada, -cuyo nombre se deriva de una práctica ancestral local que significa “trueque de oficio” en la que se intercambian tareas, no dinero -, diseñó un modelo de desarrollo económico a partir del ecoturismo, en el que el valor agregado está en la apropiación de su territorio, su conocimiento y cultura. 
 
De esta manera, la sostenibilidad es un compromiso de vida de las comunidades chocoanas, quienes asumieron la responsabilidad de conservar sus territorios para las futuras generaciones y a través de un turismo sostenible sacan provecho de la naturaleza abundante que los rodea.
 

“Cada día me convenzo más de que tenemos al ‘papá’ de los productos turísticos. Inclusive hemos visto cómo los valora más el turista extranjero que el local”, concluye Klinger. La corporación recibe viajeros internacionales principalmente del mercado europeo: España, Alemania, Italia y Francia, y Canadá. 
 
La corporación genera sostenibilidad a través de proyectos como el Festival de Migración, en el que más de 600 niños y jóvenes visitan en agosto el Parque Natural Nacional Utría para celebrar la migración de aves, ballenas y tortugas que llegan a la región entre julio y noviembre cada año.
  
Según Mano Cambiada, esta estrategia pedagógica dinamiza los procesos educativos y productivos, le da valor al activo ambiental y cultural del territorio, estimula la oferta de servicios turísticos, la sensibilización ambiental y el fortalecimiento de valores en los actores principales “niños y jóvenes”, que son la generación de relevo.
 
De acuerdo con el informe anual de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN) sobre los visitantes en áreas protegidas con vocación ecoturística, el Parque Nacional de Utría tuvo un aumento de visitantes en el 2016 del 106% con respecto al 2015 “debido a su posicionamiento alcanzado a nivel nacional e internacional, principalmente en la temporada de ballenas; a las acciones de promoción realizadas por la Corporación Mano Cambiada y agencias impulsadas por ProColombia que ofrecen otras experiencias en el destino, además del avistamiento de ballenas, como la gastronomía, ecoturismo, y el contacto cultural, entre otros”.

Otra de las empresas que le apostó al ecoturismo es Manakin Nature Tours, compañía especializada en vida silvestre y en el avistamiento de aves, una actividad sostenible porque propende por la conservación de las especies.  Justamente Colombia es el país con el mayor número de aves, más de 1.900, concentrando el 20% de las especies del planeta. 
 

"La observación de aves se ha convertido en una alternativa económica para las comunidades rurales. Quienes antes se dedicaban a la caza de paujiles o capturaban loros, para después venderlos de manera ilegal, por ejemplo, hoy en día son guías turísticos. Así mismo, muchas fincas han dejado de talar sus árboles y plantas, posibilitando la permanencia de colibríes y abriéndose al turismo con el producto de avistamiento", cuenta Luis Eduardo Urueña, gerente de la empresa.
 
La empresa, establecida en Tunja Boyacá, cuenta con más de 20 rutas por todo el país y un equipo experto conformado por guías biólogos y ecologistas que viajan por más de 90 localidades de Colombia. Igualmente, está catalogada como una de las tres bioempresas de Colombia, pues fue elegida para acceder a un programa de aceleramiento para consolidar su negocio.
 
“El mercado estadounidense para nosotros es el más grande que tenemos. Estados Unidos es de los países que más consume turismo y entre el 60% y el 70% de nuestros clientes son norteamericanos. Con el apoyo de ProColombia queremos incursionar en otros mercados con alto potencial para el turismo de naturaleza como la India y Francia”, cuenta Luis Eduardo Urueña, gerente de la empresa.
 
Por su parte, Nature Trips Colombia, ofrece productos en turismo de naturaleza y cultura, principalmente, en el Paisaje Cultural Cafetero y en otros destinos como Medellín, Cartagena, Santa Marta y La Guajira.
 
La compañía apoya procesos de conservación de áreas protegidas y reservas naturales que cuentan con la participación de la comunidad local y en los que se benefician los pobladores y ecosistemas estratégicos. 
 


“Estamos en el puesto 11 entre los 500 mejores proyectos socio-ambientales de América Latina y ocupamos el cuarto lugar en desarrollo humano e inclusión social, de acuerdo con los premios Latinoamérica Verde 2016. Además, por aplicar principios y criterios de sostenibilidad, hemos sido reconocidos como una de las tres bioempresas de Colombia”, destaca César Augusto Ángel, gerente de la empresa.  


 
Estados Unidos, España, Francia, Chile, Panamá son algunos de los países de origen de los turistas que recibe Nature Trips. Para Ángel una de las grandes ventajas de Colombia como destino turístico es que los viajeros internacionales encuentran todo en un mismo lugar: pacífico, caribe, reservas de biósferas, interacción con diferentes cultura, y lugares patrimonio de la humanidad.
 
Ecodestinos es otra de las empresas enfocadas en ser responsable con las comunidades locales donde opera. La compañía, que nació en el año 2001 y tiene oficinas en Leticia y Bogotá, apoya a campesinos que antes eran cultivadores de coca en la Sierra Nevada de Santa Marta y que hoy en día se dedican al turismo comunitario.

“Estamos desarrollando con la comunidad de San Martín del Parque Nacional Natural Amacayacu, en el extremo sur del Amazonas, un proyecto de sendero de etnobotánica y farmacia indígena; con la comunidad indígena de Mocagua un producto de turismo gastronómico; y con campesinos en Buritaca, Santa Marta, un producto de canotaje por el río Buritaca”, explica Hélida León, gerente de Ecodestinos. Esta empresa recibe viajeros de Francia, Alemania, Japón, Italia y Suiza y ofrece a Colombia como un destino de naturaleza en las cinco regiones: Amazonia, Llanos y Orinoquia, Pacífico, Andes y Caribe.
 
La llegada de viajeros internacionales a las áreas protegidas con vocación ecoturística de los Parques Nacionales Naturales se incrementó 37% en 2016 al pasar de 96.259 viajeros en 2015 a 131.654 turistas este año. Para el presidente de ProColombia, Felipe Jaramillo, estas cifras son una buena señal de lo que viene para el sector y reflejan el interés por Colombia como destino ecoturístico.