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Bogotá, (Pxp).- Los años lo han demostrado, tanto en esta parte del mundo como en otros lugares, que vivir con amor y respeto es a veces la mejor forma de comprendernos unos a otros. Por ejemplo, hay siempre los que de alguna manera, aun desde el infortunio total, medran con los males ajenos.
Sin embargo, en Colombia, existe hace 25 años un arte con tendencia comunal y educativa, basado en principios y valores, que no necesitó mayor presentación en Europa y en otros países de América para llevar su mensaje universal: " hay que guardar el corazón para que la gente mejore desde adentro y la sociedad sea capaz de crear mejores seres humanos&rdquo .
Las " palabritas&rdquo son de Álvaro Ramos, gerente comercial de la Casa Editorial bogotana Palabritas que exporta material con contenido educativo, espiritual, moral, didáctico y bíblico para niños de 15 países en más de dos mil librerías de Estados Unidos, Corea, España, Chile, Panamá, Costa Rica, Puerto Rico, Guatemala y República Dominicana, entre otras.
Esta organización editorial acaba de lanzar su más reciente libro, Vivamos la Biblia, una compilación de sus mejores caricaturas y proyectos publicados en diarios bogotanos, así como en otros periódicos comunitarios de Boyacá y Cundinamarca son experiencias de vida que sus fundadores conocieron durante el desarrollo de varios talleres con las comunidades más vulnerables de la capital colombiana.
Y es que, Palabritas, más que un sello editorial es un escuadrón de súper amigos que lucha por el buen trato, los valores y los principios. El superhéroe principal es un niño de 10 años de edad, Palabritas, con ojos brillantes, sonrisa traslúcida y corazón bondadoso tan sabio como un anciano y tan compasivo y humilde como un samaritano.
Sus aventuras con Alegría, su amiga Motas, su perro mascota Justín, su ángel de la guarda y Gusi, el amigo problema, convirtieron a este niño en el embajador del buen trato en varias escuelas y organizaciones de España desde hace más de cinco años.
Entre 2009 y 2012, España ocupó el sexto lugar en el escalafón de países importadores de artículos editoriales colombianos, según los registros del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, los cuales confirman que el año pasado el sector editorial vendió al exterior 83,4 millones de dólares, siendo Estados Unidos, México y Venezuela los mayores compradores y Bogotá el más grande exportador.
Desde PROCOLOMBIA, entidad con la que Palabritas inició su periplo exportador por América y Europa, María Claudia Lacouture, presidenta de la entidad, reveló que la Unión Europea " es uno de los mercados que ofrece las mayores posibilidades para los colombianos. Esto se debe, en parte, a la cultura de lectura presente en la gran mayoría de los países de ese continente&rdquo .
De hecho, uno de los valores agregados que los clientes de esta casa editorial han encontrado en sus productos es el tratamiento que se le da al lenguaje: " nos dicen que en Colombia el español es muy universal a diferencia de México o Argentina, pues hay muchos términos que en España no se dan. A eso le sumamos la creatividad en artes gráficas y los beneficios arancelarios que son nuestros valores agregados&rdquo , manifiesta el empresario.
Un libro real para vivir
Vivamos la Biblia es un libro de principios y valores aplicados, una especie de tribunal de apelaciones a los antivalores y al maltrato en todas las sociedades del mundo es un templo de piedad y de justicia donde claman las voces de esperanza, fe, reconciliación y amor por el prójimo.
Para esta editorial bogotana, fundada también por Wilfrido Ramírez, creador de Palabritas y sus amigos, el libro, los separadores y las fichas didácticas son un medio de enseñanza sobre la aplicación de principios y valores bíblicos a cualquier comunidad.
" En un mundo donde se ha perdido mucho el tema del respeto, la integridad a nivel de familia, ciudad y país, estos factores son importantes. La visión de Palabritas es educar de manera creativa a la niñez, la juventud y la familia desde la parte gráfica. Este tipo de material es el que ha tenido gran acogida en otros países que encontraron en nosotros la respuesta a una necesidad muy grande en el tema de convivencia&rdquo , anota Álvaro.
Inclusive, el empresario admite que la creatividad de las caricaturas e historias de vida de Palabritas no son producto de la imaginación sino de la vida real, de las conclusiones a las que llegan tras largos meses de trabajo en colegios y barrios, preguntándole a los niños sobre su vida y sus problemas.
" Recuerdo que el primer fragmento bíblico que leí, fue Nicodemo. Antes no había tenido esa experiencia hasta que un amigo de la universidad me habló mucho de la parte espiritual, ese fue mi nacer de nuevo y recogimos esa semilla con Wilfrido, la palabra de Dios, para sembrarla en los corazones de las nuevas generaciones&rdquo , dice.
Tanto Álvaro como Wilfrido han decidido continuar combinando las enseñanzas bíblicas con la vida real de los niños, pues lo más importante para ellos es " cuánto de todo lo que hay en la Biblia ponemos en práctica, un reto que no ha terminado desde 1988, cuando fundamos Palabritas&rdquo .
