Image
Todo pasó como un estremecimiento. El mismo que sentiría cualquiera si encontrase su casa desocupada al regresar de un soleado y divertido puente festivo. De las máquinas fileteadoras y cortadoras no quedó rastro. Se llevaron todo, hasta la mercancía lista para entregar. Fue entonces cuando Norbey Mora, tras 15 años de trabajar como socio de la empresa, debió regresar a su antigua posición de empleado.
Recordó esa dura etapa de su juventud en una cadena de supermercados, donde ingresó a principios de los noventa como empacador. Salvo que ahora no debía trabajar para continuar con sus estudios en economía, sino para pagar durante las deudas que le dejó ese inolvidable fin de semana de 1995.
Sin embargo, hubo algo que no desapareció del todo: su persistencia por volver a ser un empresario independiente y el apoyo de su esposa y sus dos hijas, con quienes había construido un estilo propio de confección en ropa interior femenina. Sabía que de su cumplimiento con los acreedores dependería gran parte del renacimiento financiero también que en cualquier momento se volvería a presentar una oportunidad para iniciar de cero y que debía estar preparado.
Así pasaron cuatro años en los que sólo pensaba en la forma de regresar al mercado de la ropa interior. Y aunque nunca había sido operario, conocía las técnicas de corte, no perdía oportunidad para conocer el proceso de confección, conocer los insumos, los proveedores y el negocio por dentro.
Lo que Norbey no sabía era que su destino no estaría marcado por la ropa interior femenina sino por las fajas, un producto que para 1999 cumplía funciones ortopédicas para la corrección de postura. De esta forma se fraguó Fajas Lady, su nueva empresa que trasformó el antiguo concepto del producto y lo convirtió en un elemento estético que al principio combinaba la técnica de la yesoterapia para reducir la grasa abdominal con la característica moldeable del látex.
De camino al ascenso
Norbey narra su historia con un acento pausado pero emotivo. La rigidez de su carácter y la contextura de su cuerpo macizo, símbolo de su templanza ante las vicisitudes, se reacomodan en la silla de la sala de juntas de su compañía, relaja los músculos y estira las piernas.
" Entendí entonces que la mujer de hoy quiere verse y sentirse bien en un segundo y eso es lo que nosotros vendemos ahora y lo que nos abrió el mercado estadounidense hace ocho años&rdquo , dice el empresario quien con sus fajas y chalecos en látex o algodón, quintuplicó sus exportaciones hacia Estados Unidos entre 2011 y en 2012 cuando entró en vigencia el TLC. Para este año estima superar la meta de los 70.000 dólares en ventas.
Según cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en el primer año del TLC se registró un crecimiento del 28,3 por ciento en las exportaciones de ropa de control, las cuales totalizaron 5,6 millones de dólares siendo el Valle del Cauca el departamento que más exportó con 2,3 millones de dólares y un crecimiento de 19,6 por ciento.
Bogotá le siguió con un total de 2,1 millones dólares y un crecimiento de 45,5 por ciento, lo mismo que Antioquia con 940.471 dólares y un crecimiento del 11,3 por ciento.
" Con el TLC enfocamos el esfuerzo hacia el mercado americano. Este boom permitió que nos vieran mejor y que los productos colombianos gustaran. Inclusive, varios empresarios estadounidenses están mirando a Colombia como una buena inversión y quieren fabricar aquí para favorecerse del TLC, eso nos generará más trabajo y mejor imagen&rdquo , dice el empresario que con el apoyo de PROCOLOMBIA participó en varias ferias del sector en Miami en el 2012 y Las Vegas.
Para aumentar los resultados y aprovechar aún más las ventajas del TLC, la presidenta de PROCOLOMBIA, María Claudia Lacouture, manifiesta que el apoyo a los empresarios colombianos aumentará con seminarios sobre la regulación para el sector de los cosméticos en Estados Unidos y el tema de las normas de origen para el sector de las prendas de vestir
" Resulta significativo saber que entre mayo de 2012 y abril de 2013 se exportaron 222 nuevos productos a Estados Unidos, 30 de ellos fueron en el sector de las prendas de vestir. Además que hoy existen 116 nuevas empresas de este sector compitiendo en el mercado estadounidense&rdquo , destacó Lacouture.
Hoy Fajas Lady es una empresa con cerca de 45 empleados que trata de innovar todos los días. Durante 14 años ha lanzado 74 prendas, de las cuales 22 siguen en línea. Además, trata de mantener siempre una colección confidencial de confección para clientes potenciales como los Estados Unidos.
