Ciudades colombianas, galardonadas y confiables

Colombia fue el gran ganador de los World Travel Awards para Suramérica por presentar una oferta de productos y servicios acorde a las exigencias del turismo de reuniones de cara a la nueva normalidad.

Conocidos como los Oscar del turismo, estos premios anuales reconocieron a principios de noviembre a Bogotá como destino líder de viajes de negocios. Cali se impuso como destino emergente de América del Sur, y Cartagena como el mejor lugar para una luna de miel. Medellín, por su parte, ganó en la categoría que reconoce el mejor destino de escape urbano. En gastronomía, toda Colombia mereció la primera posición.

En coordinación con las autoridades locales, regionales y nacionales, los burós de Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena vienen trabajando para renovar la propuesta en el segmento de Reuniones, bajo los máximos parámetros de bioseguridad.

Bogotá se ha venido adaptando a esta nueva normalidad a través de prácticas reconocidas ya en el exterior. Ejemplo de ello es la estrategia “Bogotá a cielo abierto”, la cual ha activado más de seis mil quinientos establecimientos, como restaurantes, cafeterías, bares y gastrobares, mediante la autorización de extenderse a aceras y calles convertidas en terrazas con mesas. Hasta hace un mes, un millón y medio de personas acudieron a esos lugares.

En el aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá, catalogado el tercero de la región en número de pasajeros y el primero en carga, los protocolos adecuados gozan ya del reconocimiento de los viajeros y el sello de bioseguridad “Check in Certificado, COVID-19 bioseguro, respaldado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) Y World Tourism Travel Council (WTTC).

En el centro ferial de Corferias, el más grande de su tipo en Suramérica, se instalaron cámaras tecnológicas que miden en todo tiempo y lugar el número de personas y que monitorean el ingreso y la salida de visitantes, y de esta manera se impide que estos rebasen el número máximo autorizado.

En Medellín se inició la reactivación responsable de la ciudad, que ya funciona casi al ciento por ciento de su capacidad, y en turismo corporativo segmentó los protocolos de higiene según las especificaciones de cada subsector y la aprobación de las autoridades de salud.

Medellín sobresale por su ubicación estratégica y su vocación natural para los negocios, y por ende sabe organizar encuentros corporativos. Tiene una gran variedad de venues tradicionales y no tradicionales -como la Plaza de Botero y el Parque Norte-. Su clima primaveral le permite combinar actividades en recintos cerrados y al aire libre. Y cuenta con una completa infraestructura hotelera y de transporte; así como un portafolio tecnológico que garantiza el éxito de un evento.

Cali empezó a mediados de año un proceso integral de bioseguridad en cada empresa, sobre la base de sus características y con la participación de autoridades regionales y locales. Este

proceso se cumplió en las fases de formación, adaptación y pruebas piloto en cada subsector, y concluyó con la revisión para empezar operaciones.

La aplicación de los protocolos en Cali siguió los estándares nacionales e internacionales y fueron acoplados por la mayoría de los hoteles con recintos cuya capacidad excede las trescientas personas.

Sin límite de personas en los aforos, debido a que la capacidad máxima de ellas la establece el área del recinto, Cartagena trazó el mapa titulado “La ruta del visitante”, que identifica cada paso dado por la persona desde su descenso del avión. Con este instrumento la ciudad identificó los diecisiete subsectores y tres ejes transversales específicos para lograr una reactivación gradual, segura y responsable.

En Cartagena se instalaron mesas de trabajo con cada subsector para elaborar los protocolos sanitarios respectivos, siempre con la meta de cumplir los requisitos nacionales e internacionales. El pasado 15 de noviembre la ciudad inició los pilotos para fomentar el turismo de reuniones y al cierre de esta edición ya había llevado a cabo su primer evento presencial, luego de meses de cierre de la pandemia.