El aceite de palma es uno de los protagonistas de las exportaciones colombianas en el presente curso. La diversificación de la canasta exportadora de productos -particularmente de la canasta agro-, al igual que factores como el aumento en la producción de palma en el país y diversas coyunturas en el sector a nivel mundial, han permitido que surjan nuevas oportunidades para el aceite de palma colombiano de cara a los mercados internacionales.
Producción del aceite de palma y estado del sector en Colombia
El crecimiento del sector de la palma en Colombia ha permitido que tanto las cifras de producción como las de exportación presenten incrementos significativos. Entre julio de 2021 y junio de 2022, las exportaciones de productos agro registraron más de US$11.000 millones de dólares, con un aumento del 31,4% respecto al periodo anterior. Factores como la diversificación de la canasta exportadora de agroalimentos han sido clave para este crecimiento. La diversificación ha permitido que productos como, por ejemplo, la lima Tahití, la gulupa, el azúcar o el aceite de palma y palmiste jueguen un papel fundamental en los resultados positivos del ejercicio, pues en el primer semestre del año las exportaciones del sector de agroalimentos aumentaron un 38,8%, registrando US$ 6.116 millones, en comparación con la cifra de US$ 4.406 millones del mismo periodo en el curso anterior. Particularmente los productos no tradicionales han registrado US$ 2.278 millones, con un crecimiento del 36,2%, lo que supone el 37% de la cifra total.
En lo que respecta al aceite de palma, el producto ha registrado, a nivel de producción, un crecimiento del 8,2% en el último año, al pasar de 1,6 millones de toneladas a 1,7. En cuanto a las exportaciones, y con corte al cierre del primer semestre del año, estas han totalizado cerca de US$650 millones, superando la cifra total del curso anterior según FEDEPALMA. De igual forma, el sector de la palma en Colombia está comprometido con el desarrollo sostenible, pues el 27% del aceite de palma crudo que se produce en el país está certificado en sostenibilidad y prácticas sostenibles, siendo esto un factor diferencial y un valor agregado por tratarse de una industria con alto impacto ambiental. El sector también se destaca por el desarrollo de programas que buscan la preservación de los ecosistemas y protegen la biodiversidad de flora y fauna del país. Por ejemplo, el programa APSColombia de FEDEPALMA promueve no solo la adopción de buenas prácticas y un sistema de verificación voluntaria, sino también mecanismos fiables para supervisar y rastrear toda la cadena de suministro. Además, en términos de impacto social, la industria de la palma contribuye tanto en materia de ingresos para los agricultores como de accesibilidad a seguros de salud, pensiones y riesgos laborales, dando como resultado que, por cada 10% de aumento de la superficie plantada de palma aceitera, la tasa de formalidad aumente en un 3,3%.
Oportunidades para la exportación de aceite de palma
No solo los números post pandemia del sector, a nivel de producción y exportaciones, son positivos sino que, además, el producto ha logrado consolidarse en mercados importantes a nivel internacional. En el 2021, el aceite de palma colombiano llegó a 36 países y, según las cifras de exportación, sus principales mercados son Brasil, a donde llegan el 28% de las exportaciones, España e Italia, registrando ambos un 17%, seguidos por Holanda y México, con 13% y 10%, respectivamente. Las exportaciones a nivel mundial totalizaron cerca de US$28.000 millones, siendo China el líder en compras. De los principales compradores del mundo, el aceite de palma colombiano aún no se exporta a países como India, Rusia y Turquía, lo que supone tanto un desafío como una oportunidad para la industria local.
El aceite de palma tiene una ventaja competitiva gracias a sus diversos usos, tanto a nivel alimenticio como no alimenticio. Por ejemplo, es utilizado como aceite de cocina, ingrediente para chocolates, ingrediente para productos de pastelería y galletas, al igual que se emplea en la elaboración de jabones, cremas, pinturas, maquillaje y biocombustibles, entre otros. En lo que respecta a las coyunturas del sector a nivel mundial, tanto el decrecimiento en la producción de Malasia como las nuevas regulaciones impuestas al producto por parte de Indonesia, siendo ambos países -junto a Tailandia- los principales exportadores, han desembocado en que ciertos mercados dominados por ellos tengan más espacio ante la necesidad de cubrir la demanda del producto.
Según las proyecciones de FEDEPALMA, se espera que, para el cierre del 2022, las exportaciones de aceite de palma superen los US$ 800 millones. De igual forma, y teniendo en cuenta los desafíos en materia de seguridad alimentaria y cambio climático que enfrenta el mundo, el crecimiento poblacional y la inflación de los alimentos incidirán en el aumento de la producción agrícola, la cual, según proyecciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), aumentará sostenidamente hasta 70% de cara al año 2050. Lo anterior no solo hace más relevante el compromiso actual del sector de la palma con respecto a la implementación de prácticas sostenibles sino que, además, deja entrever que la demanda de productos de la canasta agro seguirá en aumento, lo que supondrá más oportunidades a futuro para los productores y exportadores colombianos.
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