Como resultado de la tendencia global alrededor de la responsabilidad social de las compañías, una multitud de empresas pertenecientes a diferentes sectores han decidido transformar sus procesos y, en muchos casos, sus modelos de negocio para adaptarse a los cambios que exigen los nuevos tiempos.
A pesar de contar con puntos relevantes en la agenda como el compromiso con la sostenibilidad o la implementación de modelos de trabajo híbridos adaptados a la realidad post pandemia, uno de los temas bisagra es la inclusión laboral.
Las empresas con políticas sólidas en función de la inclusión laboral ven reflejados sus esfuerzos en términos de competitividad en mercados internacionales donde los compradores valoran cada vez más el aporte social de las compañías.
Inclusión laboral en Colombia: Estado y cifras
En Colombia, más de 3 millones de personas presentan alguna discapacidad y solo el 13,5% tienen trabajo formal, aun cuando el 55% está en edad de trabajar, de acuerdo con información de la Universidad Nacional.
A pesar de que la inclusión laboral sigue siendo uno de los grandes desafíos del país -y de la región, pues el 73% de las personas con discapacidad en el continente no tiene empleo-, Colombia ha logrado avances de cara a enfrentar algunas de las problemáticas adyacentes del desempleo de la población con discapacidad.
Por ejemplo, a pesar de que, según el Banco Mundial, uno de los principales causantes de la problemática sean las barreras para el acceso a la educación, Colombia cuenta con la primera universidad para personas con discapacidades cognitivas y físicas en la región, ubicada en Cali. Entre los puntos altos en materia de empleabilidad, encontramos que, entre 2019 y 2022, 17 mil personas con discapacidad se vincularon laboralmente en Colombia, tanto en el sector público como en el privado, según cifras del Ministerio de Trabajo.
En el país también se llevan a cabo iniciativas como el Pacto de Productividad, administrado por la Fundación Corona y la Fundación Saldarriaga Concha, la cual busca promover modelos de inclusión laboral, obteniendo resultados notables pues, desde su puesta en marcha en 2010 y con corte al primer semestre de 2022, han brindado asesorías a más de 220 empresas, acompañando la formación técnica de más de 1.500 personas y contando con cerca de 665 personas llegando a ser contratadas.
La inclusión laboral es también uno de los puntos más importantes de la Agenda 2030 y Colombia es, justamente, uno de los países más comprometidos en la región con la implementación de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) trazados por la ONU.
De igual forma, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, junto con ProColombia, han priorizado unas líneas de promoción de las exportaciones no mineras de empresas colombianas que tengan un impacto social positivo en distintas regiones del país, con una apuesta decidida hacia la sostenibilidad tanto social como ambiental y económica.
Competitividad en mercados internacionales a través de la inclusión laboral
Las empresas con modelos de negocio y políticas alineadas con la responsabilidad social y ambiental ven cada vez más un impacto significativo no solo en términos de rentabilidad sino también en eficiencia operacional, atracción y retención del talento humano y, sobre todo, reputación y confianza, un factor crucial de cara a competir en mercados internacionales con audiencias que toman decisiones de compra conscientes e informadas.
De acuerdo con el último informe Edelman Trust Barometer, el 58% de los encuestados (36.000 personas repartidas entre 28 países, incluido Colombia) afirmó que las buenas prácticas en sostenibilidad (responsabilidad social y medioambiental) eran decisivas a la hora de elegir a una marca por sobre otra. De igual forma, una encuesta realizada en el primer semestre de 2022 a más de 16.000 habitantes de los países con las diez economías más grandes del mundo reveló que tres de cada cinco consumidores afirmaron que los productos y servicios de marcas social y ambientalmente responsables habían representado al menos la mitad de su última compra.
En la misma línea se encuentran los datos expuestos por una encuesta de Gallup Workplace, según la cual las buenas prácticas inclusivas en las empresas aumentan en un 39% la satisfacción del cliente, 27% la rentabilidad y 22% la productividad, al igual que las consignas del documento de la iniciativa " Empresas incluyentes, una apuesta por la competitividad&rdquo promovida por la ANDI, que afirma que los beneficios de las políticas inclusivas son evidenciables a lo largo de toda la cadena de valor de las empresas, señalando también que dichas políticas repercuten incluso en los equipos de trabajo al suponer un valor añadido a la colaboración en equipo, la innovación y el rendimiento laboral.
También la ANDI, por medio de su sello de empresa incluyente, destaca compañías cuyas políticas y estrategias de inclusión laboral tienen un impacto directo en su cadena de valor y, por ende, en su rentabilidad y desempeño, contando con casos de éxito como Frisby, Claro o Pavco. Por otra parte, es importante que, en términos de competitividad, las compañías adopten estrategias de marketing adecuadas para que su comunicación sea coherente con sus políticas y estrategias inclusivas.
Entre las múltiples conclusiones del Informe Nacional de Competitividad, desarrollado por el Consejo Privado de Competitividad -que cuenta con la participación de empresas miembro como Alpina, Bancolombia, Corona o Nutresa-, se menciona en referencia al tema que la evidencia demuestra " una correspondencia importante entre inclusión, sostenibilidad y competitividad&rdquo . El momento para adoptar políticas inclusivas que repercutan de manera integral en la competitividad de cara a los mercados internacionales es ahora.