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Fecha de publicación del contenido

12 de Noviembre de 2015

Exportaciones

La presidenta de la entidad, María Claudia Lacouture, presentó en Congreso de la SAC las oportunidades que identificó para las exportaciones agroindustriales. Proveedores deberán ajustarse a las tendencias internacionales, entre las que se cuentan productos más saludables, de mejor calidad y listos para consumir.

Para 2030, de acuerdo con proyecciones de la FAO, el consumo de alimentos en el mundo crecerá un 50%, y entre los siete países con las mayores posibilidades de satisfacer esa demanda está Colombia.

Junto a Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, Congo y Sudán, el país está en el grupo de países que concentra la mitad de la tierra que puede aumentar su producción agrícola. Además, se ubicó en 2014 como el 50° exportador mundial de alimentos, es decir que hay posibilidades de aumentar su participación como proveedor internacional.

Así lo dio a conocer María Claudia Lacouture, presidenta de ProColombia, durante la presentación de retos y oportunidades para el sector durante el Congreso de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) en Villavicencio.

“La coyuntura nos debe llevar a adecuar la oferta a las necesidades del mercado internacional para insertarnos en los eslabones en los cuales somos más competitivos. Para ello, además de conocer las tendencias de consumo, es importante que los productos tengan un valor agregado, ya sea través del empaque o el procesamiento”, aseguró.

Cafés especiales, frutas frescas, cacao, legumbres, hortalizas, semillas y frutos oleaginosos son algunos de los productos identificados por ProColombia para aumentar las exportaciones colombianas en mercados como Canadá, Estados Unidos, Centroamérica, la Unión Europea, Rusia, Perú, Brasil y Chile.

ProColombia identificó que los modelos de consumo de alimentos son cada vez más homogéneos en el mundo y se orientan hacia productos de mejor calidad y mayor valor.

La búsqueda de soluciones sanas y rápidas se traduce en una mayor demanda de alimentos listos para consumir, así como productos naturales, funcionales y que incluyan aspectos de responsabilidad social y ambiental.

Además, los consumidores demandan marcas con estándares internacionales en cuanto a calidad,  servicio y empaque, por lo que certificaciones como Global GAP, Fair Trade, UTZ y Rainforest son un elemento decisivo de compra.

Y si bien el precio es un factor de decisión, el consumidor está dispuesto a pagar un poco más por productos que sean de buena calidad.