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27 de Diciembre de 2011

Turismo

Un grupo de periodistas de Costa Rica y Panamá recorrieron los mejores campos del país y que son atractivo para turistas internacionales.

Colombia es reconocido por ser uno de los países con mayor variedad de especies de fauna y flora, por su riqueza cultural, por la cordialidad de su gente y por tener una geografía rica y llena de múltiples recursos naturales. Todas esas características se notan claramente al caminar por los campos de golf que tiene esta parte del mundo y que dejan maravillados a los turistas nacionales e internacionales que pasean y disfrutan con cada golpe que dan rodeados de paisajes variados y únicos.

¿Se han imaginado jugando golf al lado de la Cordillera de Los Andes, o en medio de grandes cultivos de café o, incluso, con aviones aterrizando a menos de 100 metros de distancia de su cuerpo? Pues toda esa variedad de opciones son las que puede encontrar en los campos del Triángulo del Café, una zona que ocupan los departamentos de Risaralda, Caldas y Armenia, al igual que en Medellín y Bucaramanga, dos de las principales ciudades del país.

“He jugado golf en muchos países del mundo y puedo decir sin temor a equivocarme que el del Club Ruitoque es uno de los campos más hermosos que he visto en mi vida, no solamente por su diseño sino por su entorno”, afirmó Luis Alberto Muñoz, director del diario La República de Costa Rica quien, junto a José Dollander, de la Revista Selecta y Julio Alfaro, del Diario La Estrella, ambos con sede en Panamá, vinieron al país invitados por PROCOLOMBIA para conocer algunos de los destinos que ofrece Colombia para los amantes del deporte de los hierros y la maderas.

Además del campo del Ruitoque, este grupo de periodistas tuvo la oportunidad de visitar también las canchas de los Clubes Campestres de Bucaramanga, Pereira y Manizales, al igual que la del Club El Rodeo y el de la sede de La Macarena en Medellín, los cuales presentaban diferentes desafíos y ambientes naturales.

En Bucaramanga, el Ruitoque, un campo par 71 diseñado por el estadounidense Jack Nicklaus y considerado por muchos expertos como uno de los mejores de Colombia, está rodeado por un hermoso conjunto de casas lujosas, por una amplia variedad de fauna y flora y, más que nada, por un imponente paisaje donde destaca la vista nítida que hay sobre la Cordillera de Los Andes, algo que no pasa desapercibido para ninguna persona que tenga la oportunidad de conocer el campo.

“Esto es algo que nunca había visto. No es la primera vez que vengo a este país, pero la verdad es que cada vez que conozco una región nueva me doy cuenta de lo afortunados que son al tener una geografía tan rica y distinta. Tampoco sabía de la cantidad y calidad de campos que tiene en Colombia”, señaló Dollander, quien tomó cerca de 200 fotografías durante los 18 hoyos de recorrido.

Aparte del Ruitoque, el campo del Club Campestre de Bucaramanga, el más tradicional y antiguo de Santander, también atrae por su agradable campo, un par 72 de 7.246 yardas y que posee un diseño de vieja guardia hecho por Mark Mahannah, y por tener al lado el hotel del club, el cual cuenta con modernas habitaciones, canchas de tenis, piscina, salones para fiestas y conferencias, restaurantes y un bar entre otras comodidades.

En Medellín, el campo del Club El Rodeo, un par 72 ubicado en pleno centro de la ciudad y que destaca por su cercanía al aeropuerto Olaya Herrera, destaca porque en algunos hoyos los aviones pasan a una altura más baja de la usual y se convierten en un escenario distinto a los demás. “Esto es fenomenal, de no haber estado acá para verlo no lo hubiera creído. El campo es muy bonito, pero el detalle de los aviones y los helicópteros pasando tan cerca a los jugadores es algo que nunca se borrará de mi mente”, dijo Julio Alfaro, periodista deportivo de Panamá.

La sede de La Macarena del Club El Rodeo, localizada en el municipio de Rionegro y donde se disputa un torneo del Challenge Tour Europeo, el segundo certamen más importante de golf en el país, muestra un campo totalmente diferente. Muchos desniveles, tiros ciegos, trampas de arena amplias y una vegetación propia de las montañas, hacen de la precisión un factor clave para los golfistas que andan en busca de canchas exigentes y llenas de retos.

Otro de los lugares donde más se puede disfrutar del golf en Colombia es el denominado Triángulo del Café (Pereira, Manizales y Armenia) y en donde sobresalen los campos de sus respectivos Clubes Campestres. Sin duda, cada uno resalta la belleza de su paisaje y el privilegio de estar rodeado de las mejores haciendas cafeteras que tiene el país.

El campo del Club Campestre de Pereira, lugar del que salió la mejor golfista de Colombia en la historia, la risaraldense María Isabel Baena, es un par 71 y cuyo diseño fue obra de Fernando Gamboa, los primeros nueve hoyos, y por Charles Mark Mahannahg y Jaime Saenz, los segundos nueve, una cancha de una complejidad media que se deja jugar y que tiene una gran variedad de flora y aves silvestres.

Algo similar, aunque con muchos más desniveles y con fairways más angostos, presenta el campo del Campestre de Manizales, el cual fue diseñado por Rafael y Jaime Villegas, los primeros nueve hoyos, y por Fenando Gamboa, los segundos nueve, una cancha par 72 que tiende a castigar a los jugadores que pegan slice y que prefieren la fuerza antes que la precisión.

“La verdad es que nunca pensé en Colombia como un destino de golf, pero después de esta semana me pude dar cuenta de todo lo que me estaba perdiendo. En Costa Rica tenemos ocho o nueve campos, mientras que ustedes, según entiendo, tienen casi 70. Además, la variedad y calidad de canchas que hay en Colombia, la calidez humana, la comida y los paisajes lo convierten en un lugar que ningún golfista se puede perder. Sin duda acá, ahora entiendo eso de ‘el riesgo que te quieras quedar’”, concluyó Muñoz.

Así como Colombia tiene infinidad de lugares y recursos naturales, sus campos de golf se han convertido en verdaderas joyas para los turistas extranjeros que vienen a jugar.